«No hay nada más castizo que el chocolate con churros» […] «Eso dicen orgullosos aquí, en Madrid, sin embargo, eso que consideran tan propio proviene del cruce de culturas y de la triangulación de rutas comerciales entre Asia, África y las Américas» […].
Así recuerdo las palabras que me dijo hace tiempo una de mis profesoras en Antropología Social y Cultural, que a modo de ejemplo, medio escenificaba de qué modo las identidades individuales y grupales («ser castizo», en este caso) refieren a determinados alimentos, modos particulares de preparación, apropiación y significación.
Los sistemas culturales, y más precisamente los sistemas alimentarios, también se conforman en torno a convenciones socioculturales con múltiples funciones sobre la alimentación y algunas de ellas son:
- Satisfacer el hambre y nutrir el cuerpo
- Iniciar y mantener relaciones personales y de negocios
- Demostrar la naturaleza y extensión de las relaciones sociales
- Proporcionar un foco para las actividades comunitarias
- Expresar amor y cariño
- Expresar individualidad
- Proclamar la distintividad del grupo
- Demostrar la pertenencia a un grupo
- Hace frente a estrés psicológicos o emocionales
- Significar estatus social
- Recompensas o castigos
- Reforzar la autoestima y ganar reconocimiento
- Ejercer poder político y económico
- Prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades mentales
- Prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades mentales
- Simbolizar experiencias emocionales
- Manifestar piedad o devoción
- Representar seguridad
- Expresar sentimientos morales
- Significar riqueza
Imagen: Propia
Fuente: Contreras Hernández J. y Gracia Arnáiz M.(2005). Alimentación y Cultura. Perspectivas antropológicas. Barcelona. Editorial Ariel